lunes, 4 de marzo de 2013

ANTE EL RIESGO DE LAS "RELACIONES TOXICAS"



Poroto enseña la ciencia de la huida (resumen) 
ANTE EL RIESGO DE LAS "RELACIONES TOXICAS"

Aprendiendo de su propio personaje “Poroto”el autor advierte sobre las
relaciones “tóxicas” que “reducen la potencia de actuar”a diferencia de “los buenos encuentros que producen afectos alegres”.
De aquellas relaciones es mejor huir porque citando a Poroto“la huida no es una enfermedad sino una ciencia”.
 
Decálogo de Poroto

El decálogo de Poroto está integrado por las siguientes 14 fórmulas: 
- No tengo desesperanza sólo invención cotidiana. 
- Cada mañana hay que inventar el día. 
- No me mato porque sé que tengo la asombrosa libertad de hacerlo en cualquier momento (frase que adjudicaba al filósofo rumano Ciorán y que él tomaba como suya). 
- La vida es una enorme partida y hay que estar entrenado todos los días. 
- Hay que aprender a no aguantar a nadie ni aun a los propios padres. 
- Hay que asombrarse de uno mismo. 
- No hay que aprender a comunicarse sino aprender a huir a tiempo. 
- La vida es maravillosa sólo si uno aprende a seleccionar momentos. 
- La vida en sí no es interesante sólo la podemos hacer atractiva si la diseñamos todos los días. 
- Mucha gente nos enferma y nos intoxica. Es una ciencia descubrir la toxicidad en la gente. 
- Hay que tener cuidado de no dejarse atrapar por ninguna cara ni por ninguna teoría, la métrica es una ciencia fundamental. 
- Hay que seleccionar bien las cosas que hay que hacer para sobrevivir. 
- La huida no es una enfermedad: es una verdadera ciencia que deberían enseñarnos desde niños para huir rápidamente de la idiotez. 
- Aprender a crear burbujas de incomunicación. Diseñar estas burbujas para llevarlas siempre consigo a mano (concepto deleuziano que él se atribuía). 
Poroto había diseñado el tiempo que podía soportar sin intoxicarse en las conversaciones habituales con las personas que se cruzaba diariamente: 
- El portero: dos segundos. 
- Su madre: un minuto 10 segundos. 
- Su padre: un minuto 14 segundos. 
- Pedro (amigo ocasional con quien se encontraba en la estación Floresta): 10 segundos y tres cuartos. 
- Su tío Mito: un segundo. 
- Miss Golden (profesora de inglés): 20 minutos. 
- Alsacia (prostituta a quien frecuentaba): una hora. 
- Su novia Serafina: cuatro períodos de dos minutos con pausas de un minuto. 
La huida a tiempo nos preserva de las idioteces que soportamos de los demás. 
Mi huida –mi micropolítica resistencial– es la de huir a tiempo de la toxicidad que afecta el cuerpo cuando se descompone en las relaciones tristes. 
Todo es un problema de dosis –relaciones de conexión–no de vínculos ni de relaciones. Huir a tiempo es preservarse de la idiotez y de la falta de pasión. 
Pero esto no es mío: es Spinoza puro. No le sugiero que lo lea porque es muy difícil. 
Creo que mucha gente enferma porque combina mal con otra persona y es proclive a enfermar por permanecer junto a esa persona durante años. Muchas enfermedades psicosomáticas las creo atribuibles a estas relaciones. 
La gente no percibe la toxicidad que emana entre ambos y no puede –según la filosofía de Poroto– huir a tiempo. 
Es bueno tomar conciencia de que debemos aprender a “huir” a tiempo de la toxicidad de algunas relaciones que nos producen tristeza y nos hacen perder potencia de actuar. 
En nuestra vida corriente percibimos que hay relaciones que nos producen alegría: nos volvemos más creativos y con pasiones nuevas. Y hay otras relaciones donde no combinamos y “pensamos mal”. Esto produce tristeza.
La pérdida de conciencia de este último vínculo como producción de síntomas es de gran importancia. 
La capacidad de la gente de permanecer en situaciones “idiotas” es inconmensurable.
La capacidad de la gente que no huye a tiempo de este tipo de relaciones es a veces inconcebible. 
A lo largo de mi vida he conocido gente inteligente que progresivamente perdió creatividad, potencia y pasiones por estar ligada a relaciones tóxicas. 
A Poroto le horrorizaba todo tipo de hermenéutica posible. El decía: las cosas son así y uno elige: quedarse o huir a tiempo. Es una decisión existencial consciente. 
Algo parecido a lo que decía Foucault cuando se refería a que antes de llegar al inconsciente hay que percibir los “secretitos sucios” de las personas. Es una manera de pensar que invita a la reflexión. 
Por Eduardo Pavlovsky 
Suplemento de Psicología del diario Página 12 del 31 de mayo de 2007Bs. As. Argentina
 

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