Tres consejos antes de dar consejos
Muchas veces nos encontramos en dificultades a causa de la manera en que ofrecimos un consejo. Como no es fácil, ni nos sale "naturalmente", la habilidad de dar una opinión de manera positiva y constructiva es todo un reto para la mayoría de nosotros. A continuación, les presentamos tres humildes "consejos para dar consejos"... efectivamente:
1. Escuche primero: si esta regla es verdad para toda buena comunicación, es doblemente cierta al momento de dar consejo. Los problemas son -a menudo- más complejos de lo que aparentan ser inicialmente. Al escuchar primero ofrecemos un "espacio" que sirve a ambos. A la persona que habla, le permite describir completamente la situación y, a nosotros, nos permite entender más profundamente la cuestión. ¿Cuál sería el sentido de ofrecer un consejo basado en información parcial? Además, cuando escuchamos primero, estamos allanando el camino para que -luego- la otra persona escuche lo que tenemos para decir. En otras palabras: necesitamos conexión antes que corrección. ¡No lo olvide, es la escucha empática quien establece la conexión! 2. Pida permiso: el "consejo no solicitado" es la causa de la mayoría de enojos entre amigos y familiares, ya que es percibido como una "intrusión" en asuntos absolutamente personales. Es también visto como una falta de respeto, porque implica que la persona es incapaz de cuidarse a sí misma y resolver sus propios asuntos. Preguntar si su consejo es deseado es una muestra de respeto por los demás y previene resentimientos. Esta es una manera de hacerlo: "A medida que te escuchaba, se me ocurrieron algunas ideas que podrías encontrar útiles. ¿Quieres que te las comente?" Es muy importante preguntar sin expectativas de nuestra parte, para que tanto un No como un Si sean respuestas igualmente aceptables.
3. Ofrezca sin insistir: es muy valioso tener en cuenta que, aún después de quehayamos escuchado, nunca podemos saber con certeza lo que es mejor para la otra persona. Hay demasiadas cosas de las que no somos conscientes. Por tal motivo, ofrezcamos nuestras reflexiones, intuiciones, experiencias e ideas, con la humilde actitud de que nuestro consejo es tan sólo otro punto de vista y que confiamos en que la sabiduría de quien nos escucha, sabrá discernir aquello que es correcto para él o ella. Esto tiene también una "ventaja práctica": al no insistir, incrementamos las posibilidades de que nuestras palabras sean tenidas en cuenta.
Dar una opinión, un consejo, un feedback -o como quiera llamarle- es un arte.
Saber dar consejo es también un don.
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