Mascarilla de harina de avena
Esta es una mascarilla básica que sirve como un excelente exfoliante. Mezcla ¾ taza de avena seca con 1/3 taza de agua tibia hasta formar una pasta pegajosa y suave. Extiéndela con la yema de los dedos sobre hombros y rostro, protegiendo el área de los ojos. Luego recuéstate y relájate hasta que la máscara se seque.
Cuando sienta un poco de escozor, es hora de lavar con agua tibia y secar la piel con una toalla limpia. Aplica al final una crema hidratante para sellar.
Mascarilla de avena con miel y limón
Con esta mascarilla la piel te quedará como seda. Calienta 3 cucharadas de miel (no demasiado caliente) y combina con 2 cucharadas de harina de avena y 1 de jugo de limón hasta formar una pasta homogénea, lo suficientemente espesa como para que se fije en la piel. Con los dedos cubre cara, hombros y cuello con ella, cuidando de dejar los ojos libres.
Relájate y deja que actúe por media hora. Luego lava con abundante agua tibia y termina sellando con una crema hidratante.
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